El 8 de julio de 1884 se promulgó una de las leyes más trascendentales de la historia argentina: la Ley 1420, que estableció la educación primaria común, gratuita, laica y obligatoria en todo el país. Impulsada por Domingo Faustino Sarmiento y sancionada durante la presidencia de Julio Argentino Roca, esta norma marcó un antes y un después en la construcción del sistema educativo argentino.

Hasta entonces, el acceso a la educación era desigual y dependía de instituciones privadas o religiosas. La Ley 1420 democratizó el conocimiento, integró a los hijos de inmigrantes al idioma y la cultura nacional, y sentó las bases del ascenso social a través del estudio. Fue también una ley polémica: encontró resistencia en sectores conservadores y eclesiásticos que se oponían a la educación laica.

140 años después, la Ley 1420 sigue siendo un símbolo de la Argentina que apostó por la escuela pública como herramienta de transformación. En un contexto donde el rol del Estado vuelve a estar en discusión, vale la pena recordar que pocas decisiones políticas fueron tan fundacionales para el país como esta.